Queridos Amigos y Amigas:
Les presento este escrito de Yamanik Pablo, una joven artista y Ajq'ij o guía espiritual. Nos presenta su historia y cómo se convirtió en Guía Espiritual. Le pedí que escribira para contarles como es la vida de diversos guías espirituales y nuestra forma de comunicarnos con el Ajaw Creador y Formados.
Espero que les guste la lectura.
Julio Menchú
Espiritualidad Maya.
Sincerarse para escribir sobre las experiencias de
uno al llegar a ser Ajq’ij es complejo, normalmente uno tiene esa historia
dentro y la externa para compartirla en conversación, pero externarla por
escrito sabiendo que habrá quién lo lea es aún más complejo, pero si lo
comparto, es a petición de quién hace esta publicación, y accediendo a ella, mi
deseo ha sido, al contar mi experiencia contribuir a aclarar la visón de la
espiritualidad maya.
He de comenzar diciendo que cuando uno comparte su
historias con otros Ajq’ij y ellos le comparten a uno la de ellos, uno se da
cuenta que hay muchas historias, tantos motivos, variedad de circunstancias que
les hicieron ser Ajq’ij y cada una es tan diferente, especial y particular. Es
bueno preguntar a los Ajq’ij sus historias, sí ellos las quieren compartir, tomarlas
con respeto y aprecio agradeciendo su confianza.
Me he dado cuenta que todos los Nawales son
potencialmente aptos para tomar este camino, cada uno con sus sensibilidades especiales
pues cada uno de los días del calendario es especial y tiene sus
particularidades.
Ser Ajq’ij desde mi punto de vista es para cada uno
una experiencia distinta, pues es un compromiso con uno mismo y el universo y
cada persona lo toma de diferente manera.
Siempre he imaginado que la espiritualidad maya de
aproximadamente unos cien años hacia atrás era conocida y practicada por todos
los mayas, a diferencia de ahora que conviven en un solo territorio distintas
formas de manifestar nuestra espiritualidad y comunicación con el universo nos
hacen desconocer la espiritualidad maya y nos provoca quizá un poco de
desconfianza. Es por ello la lucha de muchos ahora de reconstruir la visión
clara de la espiritualidad maya.
Mi experiencia de tomar el camino de ser Ajq’ij fue
muy compleja, para llegar a tomar la decisión muchas cosas tuvieron que pasar. En
ese momento de mi vida era más joven, estaba entre los 16 y 17 años. En la
adolescencia uno se hace muchas preguntas de existencia e identidad universal,
así como del camino y propósito de la vida de uno, y al tratar de responder
estas dudas uno forma su personalidad. Realmente a veces se puede llegar a
estados de incógnita tan fuertes que incluso puede alterarse la salud, como en
mi caso.
La espiritualidad maya me había acompañado toda la
vida brindada por mi familia, en ese momento de mi vida me apoyaron mucho, les
pregunte mucho y se me aconsejo.
Decidimos consultar a un Ajq’ij para que nos guiara,
la vida me llevo hasta Momostenango y allí un Ajq’ij me dijo que era oportuno
tomar el camino, pero que la decisión era mía. Recuerdo que pensé que yo era
muy joven para asumir una responsabilidad tan grande. Le pregunté a mi maestro,
cuándo él empezó su camino como Ajq’ij y el me respondió que a los 13 años y me
dijo que inclusive reciben su camino
niños de 11 años y efectivamente el día de mi recibimiento vi a muchos niños y jóvenes
recibiendo su camino.
Quería encontrar respuestas a las preguntas e intenté
explicármelo con ciencia y religión. Y de pronto me di cuenta que la
espiritualidad maya tiene uno de sus fundamentos más importantes en la
espiritualidad sustentada en la ciencia.
Se entiende el equilibro de todo y del espíritu con cuerpo y la mente
con los sentimientos, el manejo de la energía, la observación de la naturaleza
que hace ciclos y dan origen al calendario, la observación del sol, la luna y
las estrellas, la astronomía, la matemática, la agricultura, la salud, la medicina,
la comunicación, el respeto y armonía con el cosmos, la integralidad, la plenitud
del ser, es equitativa entre hombres y mujeres pues tanto hombres como mujeres
pueden ser Ajq’ij en igualdad de rango, es una forma de vida, en mi caso sentí la
plenitud allí, así que decidí tomar mi camino.
Es una experiencia, como cualquier decisión y
responsabilidad que uno asume en la vida, lo hace crecer y aprende. Es complejo
poder explicar cómo cambia la vida de uno ante esta decisión, pero existe un gran
cambio, es constante y el compromiso es de toda la vida.
Es una luz que le ilumina el camino y lo hace a uno
ver más claro. Le abre a uno la percepción, la sensibilidad y estar conectado
con el universo y ChuchkAjaw. Ser Ajq’ij no lo hace uno perfecto ni sabio, es
un apoyo para seguir aprendiendo.
Expresarme a través del arte llevando mi camino de Ajq’ij
es muy bello, pues las dos cosas lo hacen a uno ser sensible, a lo que sucede a
nuestro alrededor y el arte emerge de lo más pleno del espíritu.
Espero que contar esta experiencia pueda ser buena
para quienes la lean. Realmente creo que la espiritualidad maya nos hace ser
seres plenos.
YamaniK Pablo
Gracias por compartir esta experiencia, son bonitas sus palabras y me reconozco. Johanna
ResponderEliminarBuen ejemplo gracias...
ResponderEliminarEso es lo que pasa uno no sabe tomar una decisión del como hacer si decidir o no
ResponderEliminartu mensaje carece de contenido. Cuenta tu historia completa.
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