Les presento este articulo que me envía un amigo y que publica el Consejos de Autoridades Ancestrales.
Desde la experiencia que tenemos en las redes sociales, especialmente en Facebook es común que muchas personas pregunten cosas relacionadas con esto que se a continuación se presenta y crean que son ciertas; desde estos espacios tratamos de explicar la verdad aunque a veces estas personas se cierran y no habren ni su mente ni su corazón para escuchar la verdad.
Lo que ahora está aconteciendo es que supuestos Ajq'ij o guías espirituales aseveren que tales afirmaciones son ciertas; cuando ampliamente sabemos que están lejos de ser reales.
Imagen tomada de: http://caminodelchaman.blogspot.com/ y este sitio también critica la postura de Argüelles. |
Mayanismo
Este artículo trata sobre una corriente de pensamiento de la Nueva Era
Mayanismo es un término acuñado y usado principalmente en los Estados
Unidos, para referirse a una colección ecléctica de creencias de carácter
esotérico, relacionadas con el pensamiento denominado de la Nueva era (New age,
en inglés), que ha sido parcialmente influenciada por la mitología maya y por
otros mitos populares modernos, frecuentes entre algunos descendientes de la
civilización maya. Los afiliados o adherentes a estas creencias (mayanistas,
sería su designación) no deben ser confundidos con los llamados mayistas, término
aceptado por la Real Academia Española de la Lengua (RAEL) para designar a los
estudiosos especializados en la cultura y en la escritura mayas.
Antecedentes
El mayanismo contemporáneo no
hace tanto énfasis en los supuestos contactos del pueblo maya con los
habitantes de los continentes perdidos al que se referían autores decimonónicos
como Charles Étienne Brasseur de Bourbourg, Augustus Le Plongeon y su esposa
Madame Le Plongeon, sino que alude principalmente a vínculos de los mismos
mayas con seres extraterrestres; sin embargo, se siguen haciendo referencias a
la Atlántida.[2] En efecto, nociones de influencias extraterrestres en los
mayas pueden encontrarse en el libro Chariots of the Gods? por Erich von
Däniken, cuya teoría de los astronautas fue a su vez influenciada por Peter
Kolosimo y especialmente el equipo de Jacques Bergier y Louis Pauwels, autores
de Le Matin des Magiciens. Estos escritores se han inspirado también en la
literatura fantasiosa de H. P. Lovecraft[3] y las publicaciones de Charles
Fort.
Quedan, sin lugar a dudas,
elementos de interés para el público moderno de la vieja historia de
continentes y civilizaciones perdidas, popularizadas en el siglo XIX por una
gama de autores importantes como Julio Verne, Edward Bulwer-Lytton y H. Rider
Haggard. Hay también un impulso más reciente para esos temas por parte de
autores seudocientíficos (no ficción) como Zecharia Sitchin y Graham Hancock.
En los últimos años, a partir de 1970, el mayanismo experimentó un
resurgimiento por medio de la obra de Frank Waters, un escritor que ha tratado
la mitología Hopi.[4] En 1970, Waters recibió apoyo financiero de la Fundación
Rockefeller para investigar en México y Mesoamérica; esto, dio como resultado
su libro llamado en inglés, Mexico Mystique: The Coming Sixth World of
Consciousness, que es una discusión de la cultura mesoamericana adornada por
las creencias de Waters en cuestiones astrológicas, de profecías y en el tema
del continente perdido de la Atlántida.[5] El mayanismo, como corriente de
pensamiento, ganó también impulso en el contexto del fenómeno 2012,
particularmente como ha sido presentado por la obra del autor de la Nueva era
John Major Jenkins, quien afirma en el libro que escribió en 2009: (en inglés)
The 2012 Story: The Myths, Fallacies, and Truth Behind the Most Intriguing Date
in History, que el mayanismo entraña "el núcleo central de las enseñanzas
de la religión maya y de su filosofía".[6]
El mayanismo tiene, por tanto,
una historia que se nutre de muy diversas fuentes, entre las que la misma
arqueología figura de manera importante. Ha ganado y retenido atención del
público por medio de cómics, ciencia ficción, literatura fantástica, cine, novela
gráfica, juegos de rol (especialmente Dungeons & Dragons), y videojuegos.
La exitosa novela de James Redfield, Las nueve revelaciones, ha contribuido
ciertamente a esta corriente especulativa.
La corriente mayanista ha sido
promovida activamente por algunas casas editoriales estadounidenses como Inner
Traditions - Bear & Company, que ha publicado un buen número de libros
sobre el tema de las predicciones mayas, acontecimientos esperados por los
mayanistas para el año 2012, escritos por autores diversos, como José
Argüelles, John Major Jenkins, Carl Johan Calleman, y Barbara Hand Clow.
Tarcher|Jeremy P. Tarcher, Inc. ha publicado por su lado obra relacionada con
las creencias de la Nueva era, escrita por autores como Daniel Pinchbeck y
también John Major Jenkins, quienes han contribuido al creciente interés
público sobre el mayanismo. El libro (en inglés) The Book of Destiny: Unlocking
the Secrets of the Ancient Mayans and the Prophecy of 2012, publicado por el
guatemalteco Carlos Barrios,[7] es una contribución más a este género
literario.
Historia
Los orígenes de la corriente
mayanista se encuentran en el libro del siglo XVI de Tomás Moro, Utopía, en
donde se desarrolla el concepto de una utopía en el Nuevo Mundo (una idea que
había sido explorada por Cristóbal Colón en su Libro de las profecías de 1501.
Sin embargo, el mayanismo fue
realmente sostenido hasta el siglo XIX a partir de los escritos de Charles
Étienne Brasseur de Bourbourg, quien hizo conribuciones académicas
significativas, incluyendo el redescubrimiento del Popol Vuh y que al final de
su carrera se convenció de que la cultura maya estaba relacionada con el
continente perdido de la Atlántida. En 1857 Brasseur identificó a Votán como un
dirigente fenicio que había fundado Palenque y en un artículo publicado en
1872, atribuyó ciertos cataclismas mesoamericanos a una versión temprana de la
hipótesis pseudocientífica del cambio de los polos de la tierra, o a la noción
especulativa de la modificación del eje de rotación del planeta.
El trabajo de Brasseur que fue
ilustrado por el talentoso pero poco acucioso y preciso Jean-Frédéric Waldeck,
ejerció influencia en su época sobre otros trabajos pseudo-históricos, como los
desarrollados por Désiré Charnay, Augustus Le Plongeon, su esposa, Ignatius L.
Donnelly y James Churchward. Le Plongeon y Donnelly, a su vez, influyeron en el
trabajo de otros como Madame Blavatsky[8] y Rudolf Steiner, quien difundió
concepciones erróneas acerca de la cultura maya en los círculos afines al
pensamiento denominado de la Nueva era.
Todas estas ideas formaron parte
de toda una escuela promovida por el psíquico Edgar Cayce a principios del
siglo XX, que más tarde, ya en la segunda mitad del siglo, se popularizó por la
obra del autor estadounidense Jess Stearn. Un ejemplo del pensamiento mayanista
está dado por la creación de un grupo llamado Templo Mayanista en Brooklyn, por
un autoproclamado sacerdote maya de nombre Harold D. Emerson, quien publicó una
serie llamada "Los mayanistas, dedicados al alumbramiento espiritual y a
la religión científica", entre los años 1933 y 1941.[9] Fue éste de los
primeros intentos de los mayanistas para hacer una síntesis entre la religión y
la ciencia, lo que se ha vuelto tema común y corriente en el mayanismo
contemporáneo, al igual de lo que sucede en las corrientes teosóficas.
Creencias del mayanismo
El mayanismo es utilizado para
referir un conjunto diverso de creencias. No posee una creencia o doctrina
central. Sin embargo, es utilizada consistentemente la noción de que los mayas,
como pueblo y como cultura entendían diversos aspectos de la experiencia humana
y poseían una conciencia que han estado poco comprendidas por la cultura
occidental contemporánea. Esto incluye un conocimiento cosmogónico,
escatológico, tecnológico y ecológico. Estos últimos, conocimientos perdidos,
que, si recuperados, podrían mejorar la condición humana e incluso crear una nueva
utopía.
Esta escuela de pensamiento no se
basa en los conocimientos de carácter académico, sino más bien en la revelación
de verdades a los iniciados, en profecías y en lo que pudiera entenderse como
conocimiento tradicional. La literatura mayanista frecuentemente se refiere a
creencias y teorías que ignoran y aún rechazan evidencias físicas, hechos o
conocimientos, sobre todo cuando estos contradicen las creencias del mayanismo.
Como resultado, estas creencias del mayanismo tienden a estar caracterizadas
por una mezcla de elementos esotéricos y de sincretismo, más que ser el
resultado de investigaciones científicas.
Calendario maya
Existe una tendencia reciente a
hacer interpretaciones no mayas del calendario maya orientadas a dar versiones
astrológicas (que no astronómicas) de tal instrumento de medición del tiempo.
Un ejemplo de esto sería el Dreamspell, calendario esotérico difundido por el
filósofo de la Nueva era, José Argüelles.
La astrología maya ha sido
también promovida por Kenneth Johnson en su libro La sabiduría del jaguar:
calendario maya mágico.[10] Otro ejemplo de esto sería La ciencia del tiempo
maya, descrita por Carl Johan Calleman en su libro Resolviendo el gran misterio
de nuestro tiempo: el calendario maya,[11] en el que se presenta un modelo de
evolución unilinear basado en las interpretaciones de su autor de los ciclos calendáricos
mayas. También la obra de Ian Lungold cae en la categoría que aquí se señala.
21 de diciembre de 2012
El significado de la fecha deriva
de la terminación de un ciclo (Baktún) del calendario maya en el año 2012 del
calendario gregoriano. Algunos creen que este hecho tendrá como consecuencia un
cambio significativo, esto es, el inicio de una nueva era. Ha habido especulación
en torno a la fecha, sin que pueda precisarse alguna razón con sustento
científico o demostrable, con respecto a lo que ocurrirá en tal fecha, cómo
ocurrirá y por qué ocurrirá.
Algunos autores han rastreado el
origen de esta creencia o especulación a la primera edición del libro de
Michael D. Coe, Los mayas ya que tal arqueólogo estadounidense sugirió que la
fecha del 24 de diciembre de 2011 había sido para los mayas una fecha profética
en la que Armagedón habría de hacerse cargo de los pueblos degenerados del
mundo y de toda su creación.[12] La fecha fue tema de especulación por parte de
otro autor, Frank Waters, que dedica dos capítulos de su libro México místico
(1975) a interpretarla.[5]
Por otro lado el significado del
año 2012 (aunque no de un día específico) también fue mencionado por José
Argüelles en Una visión transformadora (The Transformative Vision)[13] y,
también, pero sin mencionar a los mayas, fue retomada por Terence McKenna y
Dennis McKenna en El panorama invisible (The Invisible Landscape) (1975).[14]
Hay otros autores del mismo tipo
de literatura que han abordado el tema a lo largo de las últimas décadas, sin
que ninguno haya aportado elementos de carácter científico o de verosimilitud,
respecto de tales especulaciones y, por otro lado, su vinculación con la
civilización maya ha sido puesta en duda y debatida por la comunidad
arqueológica y de mayistas. No hay duda, sin embargo, que la promoción
abundante de tales ideas ha generado un cierto auge a la corriente mayanista y
a su evolución como religión sincrética.
Mayanismo y chamanismo
El chamanismo se ha vuelto una
parte importante del mayanismo, en parte debido a la popularidad de la
literatura de Carlos Castaneda, cuyos libros describen su condición de aprendiz
de un brujo, chamán yaqui. Sin embargo, la obra de Castaneda está identificada
como literatura ficción y no hay ninguna prueba de que el personaje que
describe como su tutor sea real.[15][16] A pesar de que los yaquis son una
etnia del norte de México, específicamente del desierto de Sonora, los
mayanistas frecuentemente extienden la noción usada por Castaneda del tolteca
al más amplio concepto de la civilización tolteca que interactuó con la
civilización maya en determinada época de la evolución de ambas culturas.
Posiblemente esto sea derivado de las especulaciones hechas durante el siglo
XIX por autores ya citados como Brasseur y Charnay, que incluso llegaron a
sostener que los toltecas habían correspondido a una raza aria que había traído
de Asia una civilización avanzada a América mediante las migraciones a través
del Estrecho de Bering (Charnay dixit), o emigrando del continente perdido de
la Atlántida, según Brasseur.[17]
Uno de los varios temas
recurrentes del mayanismo es el referido a lo enteogénico, para identificar
estados mentales o de conciencia alterados que permiten alcanzar ciertas
visiones o conocimiento reservado a quienes son capaces de alcanzar tales
estados. El uso de algunas plantas conteniendo cierto tipo de alcaloides
psicotrópicos como la mescalina, el propio tabaco y otros, como los que
provienen del peyotl y de ciertos hongos alucinógenos conteniendo psilocibina,
ha sido mencionado como la llave de los chamanes para acceder a aquellos
estados mentales de clarividencia desde los cuales les es posible ver o saber
lo que otros ni ven, ni pueden saber. En el caso de los mayas, el uso de esas
substancias ha sido inferido por estudios iconográficos, más no existe hasta la
fecha ninguna evidencia arqueológica de que tal cosa se diera entre los
antiguos mayas, aunque queda claro el uso que daban a las hojas de tabaco por
su contenido nicotínico.
Promotores de ascendencia maya
Hay un número creciente de
mayanistas de origen indígena. Ellos se han sumado a la corriente religiosa
mayanista argumentando entre otras cosas su legitimidad para ser representantes
o intérpretes del movimiento con base a su ascendencia maya. Es el caso de
César Mena Toto (conocido como Hunbatz Men) de origen yucateco y el guía
espiritual de origen quiché Alejandro Cirilo Pérez Oxlaj (conocido como Lobo
Errante). Estos personajes se identifican con los chamanes tradicionales, pero
se inscriben también en la corrientes más modernas de la nueva era y participan
de las creencias referidas a la migración por la Atlántida de sus antepasados,
ofreciéndole reverencia a las nociones que giran en torno a los llamados
cráneos de cristal y a las entidades extraterrestres ufológicas.
Elementos ajenos a la cultura
maya
A pesar de su nombre, el
mayanismo tiende a incorporar muchas creencias de pueblos precolombinos
diferentes del pueblo maya, como los hopi, los aztecas, y los incas. Lugares
como Machu Pichu en Perú, son destino frecuente para las ceremonias de fe
mayanista. Uno de los viejos temas de esta corriente data del siglo XIX cuando
el vínculo entre mayas y egipcios fue propalado por artistas y autores como
Waldeck, Brasseur, Charnay, Le Plongeon, Donnelly, y otros. Estas opiniones de
antaño siguen siendo usadas aunque haya quedado demostrado que los mayas (aún
los del periodo clásico) representaron una civilización mucho más tardía que la
egipcia.
Uno de los elementos no mayas
frecuentemente asociado al mayanismo es el llamado símbolo atribuido a
"Hunab Ku". El símbolo deriva de las ilustraciones de códices aztecas
conocido como Códice Magliabecchiano, que se encuentra en la Biblioteca
Nacional de Florencia y que fue reproducido facsimilarmente por Zelia Nuttall
en la obra El libro de la vida de los antiguos mexicanos (The Book of the Life
of the Ancient Mexicans), publicado en 1903. En 1983, Elizabeth Boone editó una
nueva versión facsimilar del códice, de donde José Argüelles reprodujo en 1987,
en su libro El factor maya (The Mayan Factor) —un texto muy frecuentado por los
mayanistas— estilizándolo, el símbolo que fue atribuido a Hunab Ku. Esta deidad
maya es relativamente moderna ya que surge después de la conquista de Yucatán
en los libros del Chilam Balam y parece derivar de un concepto monoteista
introducido por los misioneros europeos entre los mayas de Yucatán. Ahora bien,
el símbolo usado por los mayanistas, que no corresponde a la iconografía maya,
evoca la noción del yin yang y de la vía láctea, usado esto para apoyar la
hipótesis de viajeros astronautas tomando contacto con los mayas.
Otro elemento no maya es la imagen
frecuentemente usada por los mayanistas de la mal denominada piedra calendárica
azteca, un monumento que muestra a Tonatiuh o a Tlaltecuhtli, ambos personajes
del panteón mexica.
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Tomado de:
Buen artículo. Ahora falta otra parte ¿qué proponen según ustedes como "verdadero" o real mayanismo?
ResponderEliminarPor otro lado, al dar por sentada la fecha 21 dic. 2012, ustedes mismos están aceptando una conclusión calendárica, primero, de una triada de No-Mayas (Goodman, Martínez, Thompson)y, segundo, es una correlación errónea. ¿Sabían que fue promulgada entre 1880 y 1927 por estos tres?...
Que tal como estas contestando a tus interrogantes
Eliminar1. No hay mayanismo, nosotros somo MAYAS y vivimos en Guatemala, en el sur de México, en el occidente de El Salvador, de Honduras y Belice; así que de esta manera no tenemos por qué demostrar nada. Valdría la pena que te atrevieras a conocer a los mayas actuales y venir a Guatemala... se que es difícil pero de verdad aprenderías mucho.
2. Con respecto a las fechas la primera persona que hace los análisis es Thompson y nosotros hemos hecho el análisis en base a la Estela E de Quirigüa, en Guatemala. Además debes recordad que en calculos de fechas siempre hay errores y puntos de vista encontrados como en caso de la fecha gregoriana (que si es 4, 5 o 6 años más de la fecha), recuerdo que lo importante al final es el sentido de la fecha y lo que ella conlleva. No nos gusta que se crean que pasara algo de tipo esotérico, debido a que la llegada del Oxlajuj B'aqtun será más de esperanza que tangible. Es como lo que fue el gran jubileo del año 2000 en que se recordaron los 2000 años del nacimiento de Cristo.
Saludos