Espiritualidad Maya de Guatemala

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¡En verdad os damos gracias dos y tres veces! Hemos sido creados, se nos ha dado una boca y una cara, hablamos, oímos, pensamos y andamos; sentimos perfectamente y conocemos lo que está lejos y lo que está cerca. Vemos también lo grande y lo pequeño en el cielo y en la tierra. Os damos gracias, pues, por habernos creado, ¡oh Creador y Formador!, por habernos dado el ser, ¡oh abuela nuestra! ¡Oh nuestro abuelo!, dijeron dando las gracias por su creación y formación.

Popol Wuj

Las opiniones vertidas son responsabilidad de los autores.


sábado, 2 de noviembre de 2013

LA ESPIRITUALIDAD MAYA EN LA GESTIÓN DE LOS RECURSOS NATURALES EN TOTONICAPÁN: “SEGÚN NUESTROS ANTEPASADOS”



Queridas lectores:
Les dejo nuestra nueva entrada o articulo. El M.A. Juan Diego González, k'iche' de Totonicapan, nos hace una exposición magistral para entender la lógica "No" occidental de las comunidades de los pueblos originarios en Guatemala. Que nos sirva para adentrarnos en las comunidades y sus vivencias dejando lo occidental por un lado.
¡Que disfruten la lectura!


Julio Menchú
Equipo Espiritualidad Maya de Guatemala




LA ESPIRITUALIDAD MAYA EN LA GESTIÓN DE LOS RECURSOS NATURALES EN TOTONICAPÁN:   “SEGÚN NUESTROS ANTEPASADOS” 
Juan Diego González
ixmukaneoxlajuj@yahoo.com

Al encontrarse uno en Totonicapán, bien sea en el área rural o en el área urbana, y curiosear un poco en torno a la cultura, preguntando a la gente por sus tradiciones, sus creencias y sus prácticas cotidianas, es común escuchar respuestas que comienzan con la frase: “SEGÚN NUESTROS ANTEPASADOS”. Por ejemplo cuando se les pregunta a los líderes en torno al por qué se organizan de esa forma y no de otra, las respuestas que dan siempre van encabezadas por la frase “SEGÚN NUESTROS ATEPASADOS”.

En este contexto socio cultural y político, la frase: “SEGÚN NUESTROS ANTEPASADOS” es una expresión que sintetiza experiencias colectivas e históricas las cuales siguen estando presentes en la vivencia actual de estas comunidades; es una locución que en última instancia constituye un gancho que conecta las vivencias y creencias en el pasado con el tiempo presente, vivencias y creencias que no solamente siguen vigentes en la memoria colectiva de los habitantes sino también en la práctica cotidiana, las cuales hacen que ese pueblo maya k’iche’ sea lo que es.

Además, la frase “SEGÚN NUESTROS ANTEPASADOS” es una expresión que no solo sintetiza experiencias sino que al mismo tiempo establece una relación de filiación de las comunidades como hijos, nietos, bisnietos, etc., con los antepasados que son los abuelos, los bisabuelos, los tatarabuelos, etc. En esta relación de filiación, son los hijos, los nietos, los bisnietos, los que siguen dando vida a lo que un día los abuelos visualizaron y practicaron como parte de las estrategias de sobre vivencia. 

En este orden de ideas, las prácticas y creencias en torno al ejercicio del poder en las alcaldías comunales, en las parcialidades y en el cuidado de los recursos naturales en Totonicapán son un bagaje de legados que vienen transmitiéndose oralmente de generación en generación. Por eso cuando los líderes hablan de su cultura o de su cosmovisión vinculados con el ejercicio del poder, siempre recurren a la frase: “SEGÚN NUESTROS ANTEPASADOS”.

Por eso, la COPMAGUA (1999: 153) señalaba que: “las comunidades de Totonicapán cuentan con conocimientos espirituales relacionados con la cosmovisión entre otros; sobresale el conocimiento de la naturaleza. En todos sus actividades siempre toman en cuenta las enseñanzas de los antepasados: cuando siembran, cuando se casan, cuando botan un árbol, cuando captan una fuente de agua, lo primero que hacen es dirigirse con sus ofrendas al dueño de la naturaleza, y elevar sus oraciones al Ajaw, para agradecerle al dueño del universo, y para tener derechos de hacer uso de los recursos que están a su alcance”.

Dentro de la la concepción espiritual de las comunidades mayas de Totonicapán, todo lo que existe es parte de la madre naturaleza y por lo tanto, es sagrado. En efecto, cuando los comités de agua empiezan a gestionar proyectos de introducción de agua potable (agua entubado) lo primero que hacen es dirigirse hacia la montaña, donde se encuentra el nacimiento de  agua con el fin de pedir permiso a la madre naturaleza mediante una ceremonia religiosa bien sea maya o cristiana. El planteamiento fundamental estriba en que el recurso agua es asociado con el género femenino (es mujer)[i], por eso hay que pedir permiso a su dueño antes de tocarlo; en términos cristianos es pedir perdón a Dios y al mismo tiempo agradecerle porque él es el dueño del vital líquido.

Lo anterior es confirmado por la COPMAGUA en estos términos: “cuando se llega a captar un nacimiento de agua, se hace la ceremonia, el Pata’n, para pedirle perdón, porque van a llevar un nacimiento, y dejaran a los animales, los árboles, las plantas (fauna y flora) sin agua. Por eso solicitan el permiso al Ajaw y su Nawal, el cuidador…” (1999: 159).  Es decir, el respeto que se merece la fauna y la flora obliga a los comités a tener que pedir perdón y permiso a la madre naturaleza antes de captar un nacimiento de agua porque muy pronto otras criaturas se  quedarán sin el vital líquido.

Al igual que el recurso agua, el bosque comunal de Totonicapán es percibido como parte de lo sagrado, el cual merece mucho respeto. Por eso las comunidades de Totonicapán saben que todos los árboles forman parte de la madre naturaleza. En este sentido, los comunitarios aseguran que es un principio el que cada vez que se piensa botar un árbol, lo primero que hace la persona es pedir permiso a la madre naturaleza mediante un rito maya o una oración cristiana. Al respecto, uno de los líderes afirma:

Así es la costumbre de nuestros abuelos, tenemos que pedir permiso ante Dios primero de allí quitarle la vida a un árbol, es gracia de Dios(Líder comunitario del cantón Juchanep, Totonicapán).

Es decir, la práctica de pedir permiso a la madre naturaleza o a Dios antes de cortar un árbol también forma parte de la cosmovisión maya, ya que todo lo que es parte de la madre naturaleza tiene vida. Botar un árbol es quitarle la vida a un ser que tiene vida, es quitar una parte de la madre naturaleza.

Obviamente, este modelo de gestión de los recursos naturales practicado en Totonicapán rompe con la concepción occidental de producción porque la lógica aquí es que,  no importando el día, hay que explotar a la naturaleza para producir más. En cambio, en la concepción maya no todos los días son aptos para sembrar o cortar un árbol, para hacer este tipo de actividades los k’iche’s  recurre al Cholq’ij (el calendario ceremonial maya de 260 días). El recurso agua y el bosque son usados para la satisfacción de las necesidades del ser humano y no para explotarlos.

En fin, en medio de situaciones de despojo, de racismo, de discriminación, de engaños y de criminalización, por años, el pueblo maya de Totonicapán, a través de su organización comunal, ha venido gestionando el recurso hídrico y conservando el bosque comunal, porque “SEGÚN NUESTROS ANTEPASADOS”, así debe ser. Este modelo de gestión se desarrolla bajo principios axiológicos, los cuales los presentaremos con detalle en la próxima entrega. 

Maltyoxb’a.    




[i] Según la tradición de la mayor parte de las comunidades de Totonicapán, antes de tener a una mujer como novia o esposa, por respeto hay que pedir permiso a los padres de familia; esta práctica también es aplicada para los nacimientos de agua, es decir, antes de captarlos hay que pedir permiso a la madre naturaleza porque es la dueño de ese tan preciado recurso.      

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