Espiritualidad Maya de Guatemala

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¡En verdad os damos gracias dos y tres veces! Hemos sido creados, se nos ha dado una boca y una cara, hablamos, oímos, pensamos y andamos; sentimos perfectamente y conocemos lo que está lejos y lo que está cerca. Vemos también lo grande y lo pequeño en el cielo y en la tierra. Os damos gracias, pues, por habernos creado, ¡oh Creador y Formador!, por habernos dado el ser, ¡oh abuela nuestra! ¡Oh nuestro abuelo!, dijeron dando las gracias por su creación y formación.

Popol Wuj

Las opiniones vertidas son responsabilidad de los autores.


lunes, 3 de octubre de 2011

PARTES DE UNA CEREMONIA



Por. Kab’lajuj Keme’: Ines Puluc Boror

Primero: Es la preparación del Toj u ofrenda por el Ajq’ij o Guia Espiritual en el altar escogido por ambas partes. Ordena todos los materiales, haciendo primero la cruz encerrándolo en un círculo y las cuatro esquinas con azúcar y luego ordena los materiales, las flores y todas las ofrendas.

Segundo: Se abre la ceremonia preguntando al que ofrece el Toj si tiene algo que compartir o exponer el motivo, o algo que socializar con los presentes.

Tercero: El ajq’ij empieza encendiendo el fuego pidiendo perdón al Creador y Formador por el atrevimiento y el motivo del Toj invocándolo para que se haga presente y reciba la ofrenda que se está dando.

Se invoca al Ajaw con todas sus energías y diferentes nombres para que se haga presente.

Cuarto: Se invoca a las grandes fuerzas, los volcanes, montañas, lagos, mares montes, los altares conocidos y con su energía para que se den cita con su energía a la petición que se está haciendo

Luego se invoca a las abuelas y abuelos a las generaciones a los grandes guías espirituales que ya no están presentes

Se invoca a los hablantes de los diferentes Idiomas Mayas y de Abya Yala

Quinto: se empieza a invocar a los veinte días del calendario sagrado empezando por el día en que se está hasta pasar por los veinte días, es cuando el Ajq’ij va dando los mensajes a la persona que ofrenda lo que las señales de su cuerpo, los movimientos del fuego y las chispas o diferentes manifestaciones del fuego se vayan dando.

Sexto: Al terminar los veinte días si hay fuego todavía se da un tiempo al que ofrenda para que comparta su experiencia en el Toj y si tiene preguntas o dudas.

Séptimo: Se agradece a todas las fuerzas convocadas por la cita que se dieron en el Toj y se les agradece también por los consejos, señales y sabidurías que se compartió en la Ceremonia, se les dice que regresen y que se vayan con cuidado y por parejas.

El Idioma en la Ceremonia.

El Idioma es importante. La riqueza del Idioma es indiscutiblemente primordial en la ceremonia, ya que el guía espiritual utiliza su idioma materno para su comunicación con el Ajaw. Al hacer una ceremonia en castellano, por ejemplo, se pierde mucha la riqueza del sentido de las palabras, pero aquí es donde tiene que entrar la interculturalidad ya que, si no entiende el Idioma del Ajq’ij tendrá que esperar la traducción de los mensajes.

Esto puede ser una invitación muy concreta en aprender un Idioma Maya por su riqueza lexical y la profundidad de las ideas y todo lo que esto trae consigo para poder realmente vivir el momento y la profundidad de la Ceremonia.

No es lo mismo hacer una ceremonia en castellano o Ingles que en un Idioma Maya.

“El Fuego lo consideraban sagrado, porque creían que el fuego servía de comunicación entre Dios y el hombre, por este motivo encendían el fuego por medio de unos panecillos de resina que llaman Pom, pero antes de principiar la liturgia, se hincaban viendo hacia el oriente y besaban al Sol, para lo cual lanzaban la palma de la mano hacia el sol y la regresaban para besar el frente de los dedos; así lo hacían poniéndose hacia los demás puntos cardinales alrededor del altar primitivo.

Hecho esto, encendían la llama y la avivaban echando más pom, candelas, azúcar, chocolate, y a veces bebidas alcohólicas.

En sus plegarias, quejas, súplicas, se dirigían directamente a la llama, porque pensaban que por ese medio de comunicación, Dios oye sus plegarias.

En los ritos solemnes sacrificaban animales como gallos, animales silvestres primero con la sangre, y después se llevaban el cuerpo del animal, lo cocían para la comida.”



La Importancia del Fuego.
El fuego tiene una importancia vital en la vida del hombre y es así como se toma también como vital en la ceremonia. En las culturas antiguas esto es vital también en la Biblia Cristiana el antiguo testamento tiene una importancia vital en la presencia de Yahvé, así como el lugar preferido son las montañas ya que son energéticos.

El Ajq'ij o sea el que trabaja por medio del conteo de los días, es el guía que puede hacer estas ofrendas como intermediario y que según su consagración es la persona que puede y tiene la facultad de leer lo que se va diciendo por medio del fuego, es como un mapa que se le pone en frente del Ajq'ij y que él nos lo va leyendo para que nosotros podamos entender que es lo que nos quieren decir nuestros abuelos acerca de lo que nosotros estamos pidiendo.

Realmente es impresionante como por medio del fuego se van dando los mensajes por medio de la rotación de las lenguas de fuego, por medio del azúcar que se está quemando así como también por medio de chispas que salen en un momento preciso y hay otros muchos signos que a nuestros ojos no son posibles ver, pero que a los ojos del ajq'ij son tan claros, pero esto depende mucho de la disposición de las personas que participan en una ceremonia y principalmente de la disponibilidad del sacerdote y del ayuno y abstinencia que este haya guardado para que todas sus facultades estén a tono y pueda percibir la más leve señal de lo que nos quieren decir.


La esencia de la ceremonia

En ella se transmite la dignidad y la libertad espiritual; se educa con la vivencia, se enseña y se aprende a través del comportamiento; alrededor del fuego ceremonial desaparece la individualidad, emerge lo trascendente como nueva oportunidad para el desarrollo y expansión de la conciencia.

Allí, es donde los mayores observan atentamente el comportamiento de las nuevas generaciones, las que a su vez se preguntan y cuestionan a modo de garantizar el surgimiento de un diálogo colectivo, difícil de olvidar en el transcurso de la vida, porque de ese fuego fluyen los arquetipos concretos hacia el porvenir, hacia lo desconocido, hacia la marcha que ha dejado de ser solidaria con las criaturas para convertirse en unidad con ellas.

Es cuando el tiempo asume la palabra, el pasado cuestiona y alimenta el presente y al futuro; en 260 movimientos, todo mundo se vuelve fuego y tiempo o tiempo y fuego. Entonces resplandecen las más altas sabidurías de la conducta humana y el poder del calendario sagrado se manifiesta, primero en sentimientos, y luego en sabidurías.

La meditación en cada ceremonia no sólo constituye un espacio para la regeneración personal, sino además, asegura el entendimiento de la cohesión del Cosmos y el respeto a la suprema conciencia universal.

Resulta difícil describir el exquisito decorado de los altares, en ellos cobra relieve; los bienes que la naturaleza entrega para vivir, los diseños, colores y símbolos de nuestra vestimenta, así como la personalidad propia de cada paisaje de la aurora o del ocaso que, a los acordes de la marimba, del Tun o la chirimía, únicamente pueden sentirse pero jamás describirse.

El conjunto al revelar pureza, dulzura y santidad, propicia al instante, quizás fracción de segundos, para sentir que la Tierra es nuestra Madre, una madre que palpita, que habla, que canta, ríe, que llora, que exige. Quien llega a sentir este hermosísimo pasaje de la vida, ya nunca más vuelve a ser el mismo de antes: cambia, deja de desear y empieza a sentir.

Por ello, desde aquellos aciagos días hasta el presente, se siguen llevando a cabo las ceremonias, tan sencillas como conmovedoras, del ritual cosmogónico, el cual se engrandece en los escenarios naturales que entretejen, desde el corazón de los cerros, la policromía resultante de árboles, flores y cielo.

Allí al irse quemando, el POM envuelve con sus suaves emanaciones a la concurrencia que lo ve alzarse convertido en la nube simbólica que al tiempo que se expande en el firmamento se confunde con él, al igual que las rogativas y esperanzas de las cuales es portador.

La lógica interna de la civilización mesoamericana le da a las ceremonias el más alto contenido simbólico y durante las largas noches colonial y postcolonial la población Maya en su totalidad ha sido extremadamente cuidadosa al efectuarlas.

Los Abuelos han dejado un extraordinario legado a la humanidad. En éste se sintetiza toda la sabiduría del mundo antiguo: es el instrumento más útil y trascendente, tanto para el ser individual como para todas las naciones, pues nos da la información para el desarrollo completo y armónico.

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